miércoles, 21 de diciembre de 2011

добро пожаловать

[No arrojar basura - No estacionar: después de varias décadas de comunismo, a los rusos les fascina respetar la propiedad privada (?)]

Es imposible conocer Rusia a fondo. Se trata del país más grande del mundo, con una superficie de más de 17 millones de km2 (comparte más de 20 mil kilómetros de fronteras terrestres y marítimas con 16 países), 140 millones de habitantes, 9 zonas horarias y una cantera inagotable de recursos naturales y humanos que la convierten en una superpotencia. Y si hablamos de su historia, debemos tener en cuenta que el principado de Moscú comenzó a existir como tal desde el siglo XIV.

Yo puedo jactarme de conocer apenas un 0,1% de Rusia (?). Vivo hace 2 años y 3 meses en Frunzeskaya, un coqueto y acomodado barrio cerca del centro de Moscú, a 10 minutos en metro (subte) de la Plaza Roja. Durante todo este tiempo pensé en armar este blog para contar como es vivir 6 meses bajo cero, con un idioma incomprensible a menos que lo estudies durante años, y tradiciones, costumbres e indiosincracia bastante diferentes a la de un argentino que apenas se había subido una vez a un avión. No me atrevía a hacerlo, porque no me siento capacitado para hablar de la cuna de figuras que dejaron un enorme aporte en la historia de la humanidad como Lenin, Kandinsky, Tchaikosvky, Dostoyevski y las t.A.T.u (?).

Pero como soy un mercenario irrespetuoso (?) y me gusta hacer lo que no debo, decidí comenzar a escribir sobre mis experiencias en Moscú. Tengan en cuenta que lo que van a leer son las borrosas visiones de un tipo que, como les decía, apenas conoce el 0,1% de Rusia. Y no creo que este espacio tenga mucha vida: también es una especie de despedida, porque el reloj me apura y ya va llegando el momento de pegar la vuelta.